"Tradition is nicht die Anbetung der Asche, sondern die Bewahrung des Feuers."
"La tradición no es la adoración de las cenizas, sino la conservación del fuego."
G. Mahler

viernes, 29 de abril de 2016

CRÓNICA DE UNA TARDE EN EL COMITÉ OLÍMPICO ESPAÑOL

¡Qué oportunidad la de visitar el Comité Olímpico Español! La fortuna ayuda a los valientes, y a los valientes que se han animado este año a participar en la V Gymkhana Mitológica no dejan de llegarles ocasiones para disfrutar. ¡Sin su valor e interés no habríamos estado el lunes 25 escuchando a Conrado Durántez! Sin el interés de estos estudiantes no estaríamos conociendo todo el fondo mitológico del deporte, ni reflexionando tanto sobre aspectos en los que nunca habíamos reparado, ni hablando tanto sobre los valores y la historia de esta actividad tan humana, tan griega...



Os dejamos la información sobre la tarde del lunes publicada por el propio Comité Olímpico: http://www.coe.es/WEB/Noticias.nsf/2012NoticiasPOREventosWeb/B5FDBD1F5B4643BEC1257FA100392245?opendocument



Y de paso, las reflexiones de algunos de los asistentes del IES Miguel Catalán.

«Me quedé con que defendió el deporte como deporte y no como espectáculo que se genera hoy en día, en donde sólo hay marcas comerciales y lo único que vale es superar a tu oponente como sea y no a ti mismo.»

«Algo que me llamó mucho la atención fue que la bandera olímpica fuera el símbolo más reconocido mundialmente, algo que sin duda hace referencia a lo importante que son los Juegos Olímpicos. También que durante los Juegos Olímpicos, en la antigua Grecia, se parasen las guerras para celebrar sin preocupaciones estos. Y, por último, que el espacio de tiempo de 4 años que separa cada Juegos Olímpicos sea lo que se llame olimpiada.»

«La autosuperación de personas inválidas, siendo capaz de participar en eventos Olímpicos e inclusive ganar dichos eventos. La comprensión que tenemos del no ganador como un rival honorable y no despreciándolo.»

«Empezó hablando del inicio de los juegos en la Antigua Grecia y captó toda mi atención cuando nos explicó, que los griegos metían unos metales en los guantes de boxeo para hacer más daño. Nos contó el caso de un boxeador que cuando volvió a su pueblo, después de los juegos, no le reconocían ni los perros de lo desfigurada que tenía la cara. ¡Así acabaría yo si el boxeo de hoy en día fuera igual! Después también nos habló de deportistas y atletas destacados de todos los tiempos. Algunos casos concretos parecían, como él decía, milagros, pero a mí me parecieron más bien una gran superación personal. Duró apenas una hora que se hizo bastante amena y creo que se quedó con mucho más que contarnos. Cuando salimos, nos hicimos unas fotos y también nos fijamos en nuestros rivales para el 21 de mayo. Parecían muy preparados, así que, ¡deseadnos suerte!»

sábado, 16 de abril de 2016

CANTO IV DE LA ENEIDA EN 1º DE BACHILLERATO: DESPEDIDA DE DIDO

Y en este avance continuo por los versos griegos y romanos, esta vez nos hemos detenido en el Canto IV de la Eneida, con el pacto de las diosas y la cacería, con el amor y el engaño, con el final trágico. Dido en la pantalla, Dido entre los versos, Dido, esperamos, ya para siempre en el recuerdo de una sutil narración del suicidio con la sangre y la espada y las velas de los barcos a lo lejos. Clase conmovedora y conmovida. Versos escogidos para la memoria, en su honor.


Muerte de Dido, Rubens detalle

CANTO IV DE LA ENEIDA

«Y dedica el día a sus ofrendas y ansiosa consulta sus entrañas palpitantes de las víctimas en los pechos abiertos de los animales.»
Vir.En.4.64 (Sandra del Olmo)

«Tienes ya lo que buscaste con todas tus ganas: arde una Dido enamorada y corre por sus huesos la locura.»
Vir.En.4.100-101 (Andrea Croitoru)

«Toma entonces la vara: con ella evoca a las pálidas almas del Orco, a otras las manda al triste Tártaro, da y quita los sueños y abre los ojos en la hora de la muerte.» 
Vir.En.4.242-244 (Sergio Tinaquero)

«Es, sin duda, este un trabajo para los dioses, este cuidado inquieta su calma. Ni te retengo ni he de desmentir tus palabras: vete, que los vientos te llevan a Italia, busca tu reino por las olas. Espero confiada, si algo pueden las divinidades piadosas, que suplicio hallarás entre los peñascos y que repetirás entonces el nombre de Dido. De lejos te perseguiré con negras llamas y, cuando la fría muerte prive a estos miembros de la vida, sombra a tu lado estaré por todas partes. Pagarás tu culpa, malvado.» 
Vir.En.4.379-386 (Rosangela Reyes)

«He encontrado, hermana, el camino que me lo ha de devolver o me librará de este amor.» 
Vir.En.4.478-479 (Miriam Núñez)

«Costas enfrentadas a sus costas, olas contra sus aguas imploro, armas contra sus armas: peleen ellos mismos y sus nietos.» 
Vir.En.4.627 (Andrea Croitoru)

«Al tiempo todo calor desaparece, y en los vientos se perdió su vida.»
Vir.En.4. 705. (Andrea Croitoru)

martes, 5 de abril de 2016

POR FIN LLEGAMOS AL PRINCIPIO DEL VIAJE: LIBROS VIII Y IX DE LA ODISEA

Después de las vacaciones de Semana Santa, con las pilas cargadas para la recta final del curso, volvemos con Odiseo en 1º Bachillerato. ¿Cómo tarda tanto Odiseo en presentarse a los feacios? ¿Cómo son ellos capaces de tratarle tan bien sin saber quién es? ¿Por qué tarda tanto Homero en contarnos la salida de Troya? ¡Cuánto material para la reflexión literaria, social, antropológica,...! ¡Qué grande la Odisea en cualquier momento! Allá van las frases salvadas de los cantos VIII y IX, por ahí aparece Polifemo.


CANTO VIII DE LA ODISEA

«Presentóse el heraldo con el amable aedo a quien la Musa quería extremadamente y le había dado un bien y un mal; privóle de la vista, pero le concedió el dulce canto.» 
Od.8.62-64 (Miriam Núñez)

«Tu regreso ya no se pospondrá largo tiempo, si no que para ti hay ya una nave preparada y dispuestos están tus compañeros.» 
Od.8.150-152 (Yadira Álvarez)

«Y el ingenioso Ulises, tras una mirada torva, contestóle: - Huésped, no has hablado como discreto, sino como un hombre insolente. Los Dioses no dispensan sus dones (hermosura, prudencia y elocuencia) por igual a todos los hombres.Frecuentemente, un hombre no tiene hermosura, pero un Dios le dota del don de la palabra, y todos se complacen estando ante él, porque habla con seguridad y dulce molestia, y sobresale en el ágora, y cuando pasea por la ciudad es contemplado como un Dios. Otro es semejante a los Dioses por su hermosura, pero no ha recibido de aquellos el don de hablar bien. Así, tú eres hermoso, tal que un Dios no te hubiera formado de otro modo; pero eres falto de inteligencia y has hablado tan sin juicio, que has indignado a mi corazón en el fondo de mi pecho. No desconozco estas luchas, como tú supones, y podía contarme entre los primeros cuando me acompañaba mi juventud y el vigor de mis brazos. Ahora estoy agobiado por miserias y dolores, pues he sufrido mucho combatiendo con los hombres y surcando las olas peligrosas. Pero, a pesar de haber sufrido tanto, me probaré en estos juegos, pues tus palabras me han herido y me has irritado al proferirlas.» 
Od.8.165-185 (Rosángela Reyes)

«Tu discurso despertó mi coraje y me has provocado con tus palabras.»
Od 8.185 (Sandra del Olmo)

«¡Me has excitado el ánimo dentro de mi pecho al hablar sin juicio!» 
Od.8.178 (Andrea Croitoru)

«No prosperan las malas acciones. Y alcanza el lento al rápido.» 
Od.8.329 (Andrea Croitoru)

«¡Sé feliz, padre extranjero, y si alguna palabra áspera se ha pronunciado, que al instante la arrastren y lleven lejos los vientos!» 
Od.8.408-410 (Daniel Romanillos)
 



CANTO IX DE LA ODISEA 

«Voy ahora a decirte primero mi nombre, para que también vosotros lo conozcáis, y yo, en el futuro, si escapo al día desastroso,sea huésped vuestro aunque habite en mi hogar lejano.» 
Od.9.15-18 (Daniel Romanillos)

«Apenas brilló matutina la aurora de dedos rosáceos, empezamos a dar vueltas admirados por la isla.» 
Od 9.153-154 (Sandra del Olmo)

«Cuando el sol se puso y sobrevino la oscuridad, nos acostamos en la orilla del mar.» 
Od.9.168-169 (Miriam Núñez)

«Eres necio, extranjero, o has venido de muy lejos, tú que me exhortas a temer o respetar a los dioses.»
Od.9.274-275. (Yadira Álvarez)

«Y mi caro corazón reía porque mi nombre les había engañado tanto como mi sutil astucia.»
Od.9.413-414 (Rosángela Reyes)