CANTO VIII DE LA ODISEA
«Presentóse el heraldo con el amable aedo a quien la Musa quería extremadamente y le había dado un bien y un mal; privóle de la vista, pero le concedió el dulce canto.»
Od.8.62-64 (Miriam Núñez)
Od.8.150-152 (Yadira Álvarez)
«Y el ingenioso Ulises, tras una mirada torva, contestóle: - Huésped, no has hablado como discreto, sino como un hombre insolente. Los Dioses no dispensan sus dones (hermosura, prudencia y elocuencia) por igual a todos los hombres.Frecuentemente, un hombre no tiene hermosura, pero un Dios le dota del don de la palabra, y todos se complacen estando ante él, porque habla con seguridad y dulce molestia, y sobresale en el ágora, y cuando pasea por la ciudad es contemplado como un Dios. Otro es semejante a los Dioses por su hermosura, pero no ha recibido de aquellos el don de hablar bien. Así, tú eres hermoso, tal que un Dios no te hubiera formado de otro modo; pero eres falto de inteligencia y has hablado tan sin juicio, que has indignado a mi corazón en el fondo de mi pecho. No desconozco estas luchas, como tú supones, y podía contarme entre los primeros cuando me acompañaba mi juventud y el vigor de mis brazos. Ahora estoy agobiado por miserias y dolores, pues he sufrido mucho combatiendo con los hombres y surcando las olas peligrosas. Pero, a pesar de haber sufrido tanto, me probaré en estos juegos, pues tus palabras me han herido y me has irritado al proferirlas.»
Od.8.165-185 (Rosángela Reyes)
«Tu discurso despertó mi coraje y me has provocado con tus palabras.»
Od 8.185 (Sandra del Olmo)
«¡Me has excitado el ánimo dentro de mi pecho al hablar sin juicio!»
Od.8.178 (Andrea Croitoru)
«No prosperan las malas acciones. Y alcanza el lento al rápido.»
Od.8.329 (Andrea Croitoru)
«¡Sé feliz, padre extranjero, y si alguna palabra áspera se ha pronunciado, que al instante la arrastren y lleven lejos los vientos!»
Od.8.408-410 (Daniel Romanillos)
CANTO IX DE LA ODISEA
«Voy ahora a decirte primero mi nombre, para que también vosotros lo conozcáis, y yo, en el futuro, si escapo al día desastroso,sea huésped vuestro aunque habite en mi hogar lejano.»
Od.9.15-18 (Daniel Romanillos)
«Apenas brilló matutina la aurora de dedos rosáceos, empezamos a dar vueltas admirados por la isla.»
Od 9.153-154 (Sandra del Olmo)
«Cuando el sol se puso y sobrevino la oscuridad, nos acostamos en la orilla del mar.»
Od.9.168-169 (Miriam Núñez)
«Eres necio, extranjero, o has venido de muy lejos, tú que me exhortas a temer o respetar a los dioses.»
Od.9.274-275. (Yadira Álvarez)
«Y mi caro corazón reía porque mi nombre les había engañado tanto como mi sutil astucia.»
Od.9.413-414 (Rosángela Reyes)
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